El Monasterio de San Jerónimo de Granada, también conocido como Real Monasterio de San Jerónimo de Granada, fue fundado en 1492.
Fue deseo de los Reyes Católicos que en la reconquistada Granada se instalaran los llamados Ermitaños de San Jerónimo, una orden eminentemente española surgida a mediados del siglo XIV, a la que los monarcas tenían en especial consideración.
Este monumento, lleno de arte e historia, fue edificado con la finalidad de darle a Dios, y solo a Él, todo el honor y la gloria.
Desde el principio, el monasterio fue muy elogiado por su belleza. Andrea Navagero, embajador de Venecia ante Carlos I, escribió en 1526:
“San Jerónimo está fuera de la ciudad y la iglesia promete ser muy bella; el monasterio es bellísimo y pertenece a los jerónimos, tiene jardines, fuentes y dos claustros tan bellos como no creo haberlos visto en ningún otro sitio. Los dos tienen fuentes en el medio, pero uno sobre todo es mucho más espacioso y magnífico y en el centro está repleto de bellísimos naranjos, de olorosísimos cedros y enramadas de mirtos, junto a otras delicadísimas plantas”.